prevención y tratamiento de enfermedades
prevención y tratamiento de enfermedades
COLITIS ULCEROSA, INTESTINO IRRITABLE O ENFERMEDAD DE CROHN
Si tienes dolores abdominales moderados o intensos, diarreas que no cesan, presencia de sangre en las heces, fiebre, estás perdiendo peso, sientes mucha fatiga, o a menudo tienes náuseas y vómitos, es probable que estés sufriendo una enfermedad intestinal. Aunque entre ellas son distintas, tanto la colitis ulcerosa, como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Crohn son patologías que afectan gravemente a la calidad de vida. En estos casos es fundamental incorporar hábitos de vida saludables cuanto antes para reducir el impacto que tienen en tu día a día.
En Hercres tenemos los conocimientos necesarios para prevenir o tratar estas enfermedades, siempre con el tratamiento farmacológico que te indique el especialista. Te ayudaremos a mantener una alimentación equilibrada para que puedas reducir o hacer desaparecer estos síntomas y mejorar tu nivel de bienestar emocional.
Cuando aparecen los brotes es esencial que sigas unas recomendaciones dietéticas especiales que te diseñaremos a medida. El objetivo es que puedas digerir mejor los alimentos, evitar los cólicos, reducir las diarreas, eliminar esos alimentos que te provocan dolor abdominal y explicarte cómo debes cocinarlos para facilitar la digestión. Asimismo, las personas con enfermedades inflamatorias intestinales deben realizar ejercicio, ya que es la clave para evitar la pérdida de masa ósea y muscular. Cuenta con nosotros para mejorar tu calidad de vida a través de la alimentación y el ejercicio físico.
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DIABETES
En Hercres hemos tenido a mujeres con diabetes gestacional y ahora mismo con varios pacientes diabéticos tipo 1 y tipo 2 que, gracias a nuestros planes de alimentación adaptados, ya saben perfectamente cómo controlar sus niveles de azúcar (glucosa) en sangre, tienen a raya su peso corporal para prevenir la obesidad y, sobre todo, conocen las claves para prevenir otras enfermedades cardiovasculares que van asociadas a la diabetes. Nuestras dietas personalizadas te ayudarán a evitar problemas de hiperglucemia y complicaciones a largo plazo en los nervios, los riñones o el corazón.
Además de un correcto plan de alimentación, también será esencial poder llevar a cabo un entrenamiento de fuerza. ¿Por qué? Está ya totalmente demostrado por diferentes estudios científicos (Strasser & Pesta 2013 es simplemente uno de muchos), que el ejercicio de fuerza mejora el control de la glucemia, aumenta los niveles de GLUT4 (transportador de glucosa), de receptores de insulina, y/o las reservas de glucógeno muscular, además de promover el desarrollo de nuevas mitocondrias (Sparks et al., 2013).
No te preocupes si hasta ahora no habías hecho nunca un entrenamiento de fuerza. Nosotros nos sentaremos contigo para indicarte con detalle cuáles son exactamente aquellos ejercicios más adecuados a tu perfil, así como la cantidad, la intensidad y el volumen de entrenamiento. Te explicaremos bien la técnica que deberás seguir para llevarlos a cabo (importantísimo hacerlos correctamente para evitar lesiones) y, ante cualquier duda, estaremos ahí para solucionártela. Poco a poco empezarás a ver los resultados. Está comprobado, la cantidad y la calidad muscular influyen directamente en el control de los niveles de azúcar en sangre, tanto en población general como en pacientes diabéticos. Confía en nosotros.
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OSTEOPOROSIS
¿Sabías que, a partir de los 30 años, absolutamente todo el mundo, comienza a perder masa muscular? El hecho de tener menos músculo en las piernas y articulaciones rígidas significa que vamos a tener más dificultades a la hora de realizar ejercicios básicos como levantarnos de la cama, sentarnos, coger las bolsas de la compra, caminar o incluso mantener el equilibrio.
La osteoporosis es una enfermedad muy común que aparece cuando disminuye mucho la masa muscular y, por tanto, se reduce la densidad y la calidad de los huesos. Estos se vuelven más porosos, ya que aumenta el número y tamaño de las cavidades. La consecuencia es un esqueleto más débil y, por tanto, un alto riesgo de fracturas de hueso, sobre todo en la columna vertebral, las muñecas, la cadera, la pelvis y el húmero.
Aunque no podamos hacer nada para evitar el envejecimiento, sí que existen factores como la nutrición y el ejercicio físico que están en nuestras manos para prevenir enfermedades como la osteoporosis.
En Hercres queremos que sigas disfrutando de una buena calidad de vida a cualquier edad. Por eso, si solicitas nuestra ayuda, te proporcionaremos la dieta más adecuada adaptada a tus necesidades, que contenga la cantidad necesaria de calcio, y que te permita saborear los platos de la dieta mediterránea como nunca. ¡Las dietas no tienen que ser aburridas, si no, nadie las seguirá! Y, por supuesto, tendremos en cuenta las proteínas, vitales para mejorar la densidad de los huesos, prevenir el desgaste muscular y reducir el riego de caídas y fracturas.
No olvidamos, por supuesto, el ejercicio físico. Te diseñaremos una tabla totalmente personalizada con ejercicios para fortalecer tus músculos, en especial, la parte superior de la espalda, combinados con ejercicios que puedan mejorar tu flexibilidad, estabilidad y equilibrio.
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ANOREXIA, BULIMIA Y TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son problemas relacionados con la comida y, desafortunadamente, son mucho más frecuentes de lo que pensamos. Son muy perjudiciales para la salud de la persona, sus emociones y sus relaciones personales. Los más comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación/restricción de la ingesta.
En Hercres trabajamos con hombres y mujeres que sufren estos trastornos, aunque ellos y ellas no lo supieran o no lo reconocieran así en un principio. Este es el primer paso y quizás el más complicado, que la persona sea consciente de que tiene un problema con la comida y, a continuación, desee ayuda para salir de este círculo vicioso tan peligroso. La nutrición es una parte más del tratamiento, que también suele incluir el asesoramiento de un médico y un terapeuta.
En Hercres nos sentamos con la persona para que nos explique, cuando se sienta preparado/a, cuál es su relación con la comida y poder entender los diferentes factores que le llevan a ella. Es importante comprender cómo ha llegado hasta ahí y diseñar un plan muy personalizado para conseguir una recuperación a todos los niveles.
Si crees que te sientes identificado/a con algunas de estas conductas o conoces a alguien que podría estar viviendo alguna de estas situaciones, cuanto antes se realice un abordaje integral, menores serán los riesgos y consecuencias para la salud de la persona (depresión, ansiedad, frecuencia cardíaca irregular, fatiga, faltas en la menstruación, huesos débiles, anemia o incluso diabetes, entre otras…):
Las personas con anorexia nerviosa:
- Comen muy poco, tienen un peso corporal muy bajo y se obsesionan con las calorías.
- Tienen miedo a ganar peso y se ven gordas pese a estar muy delgadas.
- Para perder peso, muchas personas con anorexia nerviosa ayunan o hacen demasiado ejercicio. Otras utilizan laxantes, diuréticos o enemas.
Las personas con bulimia nerviosa:
- Comen demasiado, se dan muchos atracones y sienten que no pueden dejar de comer.
- A continuación, intentan “compensar” o corregirlo vomitando a propósito, usando laxantes, diuréticos, pastillas para perder peso, ayunando o haciendo ejercicio sin parar.
- Se juzgan a sí mismas basándose solo en su aspecto corporal y en su peso.
- Son personas muy delgadas, pero también las hay con sobrepeso.
Las personas que sufren un trastorno por atracón:
- Comen grandes cantidades de comida, incluso cuando no tienen hambre.
- Se sienten mal después de haberse dado un atracón, pero en este caso no llegan a vomitar o utilizar otros métodos para “expulsar” lo que han ingerido.
- A menudo ganan peso o tienen mucho sobrepeso.
Las personas que tienen un trastorno por evitación/restricción de la ingesta.
- No tienen interés por la comida y la evitan.
- Pierden peso, aunque no suelen tener miedo a ganarlo.
- No tienen una imagen corporal negativa de sí mismas
- No comen porque les disgusta el olor, el sabor, la textura o el color de la comida. Pueden tener miedo a vomitar y/o atragantarse con un alimento y sufrir asfixia por aspiración, por eso no suelen querer “expulsar” lo que comen.